miércoles, 12 de diciembre de 2007

La delincuencia está desatada

Cuando llega diciembre todos los amigos de lo ajeno hacen su agosto. Se aprovechan de que los trabajadores han cobrado sus aguinaldos para llenarse sus bolsillos. En Caracas el caos es impresionante. Todo el mundo anda comprando pero, al mismo tiempo, andan alertas y angustiados al pensar que en cualquier momento los pueda abordar un delincuente.

Ser víctima del hampa se ha convertido en el pan de cada día. Ya los delincuentes no se confornan con robar solamente sino, que son capaces de quitarale la vida a un ser humano por un par de zapatos o por cualquier miseria.

Las autoridades brillan por su ausencia. Los caraqueños tienen que cuidarse las espaldas por si mismos. En definitiva, Caracas ya no es la “Ciudad de los Techos Rojos” sino del pavimento rojo que tiñe de sangre la delincuencia, ya no es la “Ciudad de la Eterna Primavera” sino de la eterna delincuencia que actúa impunemente a la vista de las autoridades.


Caracas no es la ciudad alegre que despertaba por las noches, ahora es una prisión que encierra a sus habitantes al caer el sol y una CIUDAD SIN LEY.

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